No soy un príncipe azul, lamento decepcionarte. Sencillamente soy un aventurero
No vengo de un lejano reino, pero he recorrido las tierras más allá de los confines de este país.
No tengo una corona ni titulo real, pero me basta con ser un anacronista.
No soy un campeador ni conquistador de tierras lejanas, pero soy un humilde servidor de la libertad.
No tengo una espada incrustada en joyas, pero mis manos han roto muchas cadenas.
No monto un noble corcel, pero mis desgastados zapatos revelan lo mucho que he viajado.
No tengo manos de seda, pero mis dedos saben lo que es el arduo trabajo.
No tengo un séquito que me siga, pero mis amigos me acompañan en lo profundo de mi corazón.
No he matado ningún dragón de verdad, pero he enfrentado al postrero dragón de mis vicios y defectos.
No tengo ropas lujosas, pero sé que los verdaderos reyes visten harapos.
No tengo un enorme castillo, pero en todas partes he compartido bajo el techo de la solidaridad.
No soy un maestro de la espada, pero sé combatir sin temor a las heridas.
No le rindo tributo a ningún emperador, pero creo en el rey de reyes.
No he combatido contra ejércitos despiadados, pero prefiero enfrentar hordas de desafíos.
No tengo sangre azul, pero mi sangre ha sido derramada por causas nobles.
No hay canciones sobre mi, pero mis aventuras son canciones.
No soy un espadachín del amor, pero soy un caballero de la libertad.
No tengo los ojos azules, pero mis ojos han visto más que 100 reyes en sus vidas.
No tengo lengua de plata, pero mis labios saben dar gracias, pedir perdón y decir adiós.
No tengo un noble destino, pero creo en mi libertad.
Lo siento, pero no soy un príncipe azul... sólo soy un aventurero, soy un vagabundo anacronista que cree que debe dejar este mundo mejor de como lo encontró.
07 noviembre, 2010
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