Lo último que alcancé a ver fueron esos ojos llenos de odio, que me decían "hasta aquí llegaste miserable", lo ultimo que alcancé a sentir fué como mi cuerpo era atravezado por esas doce lanzas de luz, desde ahí todo fue una luz que me llevó al vacío, un vacío de luz donde todo era blanco, como la nada misma. Pero donde en realidad existía algo, mi consciencia sumida en un dolor jamás sentido con anterioridad, ni las infinitas veces que escapé a las garras de la muerte.
Un dolor que recorre todo mi cuerpo, a pesar de que esta ya no existe pues ha sido completamente desintegrado en medio de esta luz infinita que parece nacer desde la tierra para elevarse hacia las alturas infinitas, donde todos los Cronistas esperan que nuestra revolución encuentre el castigo divino, por revelarnos al destino que durante siglos han impuesto. Ese destino que hemos roto con nuestro corazones, nuestras manos, y sobre todo con esta espada que aún no soy capaz de soltar.
¿Qué he dicho?
"Esta espada que aún no soy capaz de soltar"... Entonces no he sido desintegrado del todo, aún siento como mi mano sostiene el mango de la espada, y mas aún siento como esta vibra, como tiembla, como se sacude en un intento de saltar de mis manos y desgarrar esta luz. Tambien siento desde lo más profundo de mi ser esa voz que he escuchado en muchas ocaciones, esa voz que me incita a revelar lo que soy, a destruir las cadenas que tratan aún de contenerme, a cruzar el limite entre lo profano y lo divino, a aniquilar a todos esos que se hacen llamar los protectores de Mapu la tierra de la libertad.
...
"Farkan, hijo mío
cuya sangre es mas negra que nuestras calcinados corazones,
cuyo corazón es la perfecta carcel de nuestros poderes,
cuya piel es más duras que las montañas donde nuestros cuerpos duermen,
cuyas garras son mas aterradoras que nuestras pesadillas,
cuyas alas son capaces de oscurecer el mundo que los dioses han creado,
cuya espada es capaz de asesinar a los dioses que nos han condenado,
cuyos ojos son capaces de ver la verdad de nuestra tragedia,
cuyo destino es la aniquilacion de la creacion cronista...
Rompe las cadenas que nos atan,
rompe la barrera de lo profano,
viola las leyes de lo divino,
aniquila a todos aquellos que no quieren que seamos lbres,
destruye a los que nos han condenado,
los que asesinaron a tu padre,
a tu abuelo,
a tus amigos,
a los que creyeron en ti...
Haz que el cubo donde nuestro absoluto poder sea abierto en todas sus caras,
haz que la prision perfecta sea el pandemonio donde festejemos nuestra tan anhelada venganza,
sé nuestro valuarte, nuestro vengador...
¡¡¡ Sé el eterno anacronista que sumerja este mundo en la oscuridad !!!
...
Poco a poco, siento como esa oscuridad empieza a tomar forma, una nueva forma corporea, una pesadilla empieza a nacer en mi mente y en los corazones de los Cronistas...
La hora de la venganza absoluta había llegado...
Las crónicas de las guerras anacronicas, primera parte
No hay comentarios:
Publicar un comentario